En esta extraña primavera que parece querer retener trazos del invierno, aún hace falta el forro polar a primeras horas de la mañana. Las abundantes lluvias y las moderadas temperaturas han hecho que la vegetación crezca de forma exuberante y, a estas alturas de la estación, aún son muchas las especies de flora que empiezan a presentar sus flores. Todo parece llevar un par de semanas de retraso respecto a otros años. Pero, la época de reproducción de las aves ya está empezando a dar frutos y ya se observan los primeros juveniles, aunque otras especies como las oropéndolas aún se afanan en la construcción del nido. Se ha observado un precioso y dorado macho de oropéndola, con una larga cinta de plástico en el pico, dirigiéndose al grupo de álamos blancos desde donde no ha parado en casi toda la mañana de emitir su aflautado canto.
Turdus merula, se anillan 2 ex. y 1 ex. control propio
Luscinia megarhynchos, 2 control propio
Erithacus rubecula, 1 ex.
Regulus ignicapilla, se anilla 1 ex. y 1 ex. control propio
Hembra de mirlo común
Macho de mirlo común
Juvenil de mirlo común, el primero de la temporada
Macho de petirrojo europeo
Macho de reyezuelo listado
Pesar al ave, el último punto del proceso de toma de datos biométricos de un ave capturada para su anillamiento científico.
Y como no, uno de los motivos por los que vale la pena pegarse los madrugones de finales de primavera y todo el verano. Los magníficos amaneceres.
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